La deserción, problema central para el mejoramiento de la calidad en Colombia
El esfuerzo de ampliar cobertura en la educación superior se encuentra comprometido por el fenómeno de la deserción en la medida en que si aquella se quiere hacer sin sacrificar calidad conlleva un esfuerzo en materia de política pública para que quienes ingresen, puedan permanecer y terminen exitosamente. En la actualidad, en Colombia la tasa de deserción acumulada por cohorte es de 46.4 % y la deserción anual se encuentra en 11.88%. Quienes están en mayor riesgo de deserción son los más pobres, los hombres y aquellos estudiantes que tienen un bajo puntaje en la prueba de Estado. El fenómeno ha sido estudiado a través del Sistema SPADIES[1] utilizado por el gobierno para medir deserción y arroja algunos resultados que por sí solos nos indican la situación crítica en que se encuentra la educación superior en esta materia.
Pues bien, ¿cuál es el resultado que arroja el análisis de la deserción para el país, una vez analizado el tema a partir del lenguaje de las cifras?
Para entender la dinámica de la deserción podríamos observar varios aspectos: a- La distribución de los estudiantes que ingresan a la educación superior de acuerdo con su examen de Estado y el ingreso de la familia. En la actualidad se evidencia que el grueso de la población tiene un resultado en el examen de estado (ICFES) medio o bajo y corresponde a quienes reciben entre 1 y 5 salarios mínimos. Lo que sugiere que a menores ingresos, menores resultados en su ICFES y mayor riesgo de desertar; b- De modo complementario, aquellos estudiantes que dan el primer paso para convertirse en desertores son aquellos que han faltado un semestre. Este fenómeno ha tenido una tendencia creciente entre el 2002 y 2007 y significa que a mayor mortalidad, mayor posibilidad de deserción; c- Existe una mayor supervivencia de mujeres frente a hombres en el décimo período. Esta diferencia llega a ser cercana al 7% en promedio. Esto puede ser causado porque las mujeres presentan un mejor comportamiento a nivel académico que los hombres y por tal razón su mortandad académica es menor. Pero quizá pueda incidir una variable cultural asociada a la idea que el hombre es en primera instancia quien debe salir a buscar empleo en caso de ser necesario; lo cual atentaría contra la supervivencia del hombre en el sistema. En términos generales, sí puede afirmarse que los aspectos de género inciden en el fenómeno de la deserción; d- Otro aspecto importante para tener en cuenta es el que surge de mirar la relación entre el puntaje obtenido en el examen de Estado y la mayor o menor posibilidad de permanecer en el sistema. La mayor supervivencia se presenta en los estudiantes que tienen un alto desempeño en las pruebas de Estado. A décimo semestre, la diferencia entre aquellos estudiantes con bajos puntajes y los estudiantes con altos puntajes en el ICFES es cercana al 25% en promedio. Además, la población que llega a las IES en los últimos períodos está concentrada en ICFES medios y bajos, dado que el aumento de cobertura se ha dado en estratos bajos, quizá por la política de crédito adelantada por el Instituto de crédito en el Exterior (ICETEX). Esto desencadena un efecto importante en cuanto a la vulnerabilidad de los estudiantes a no permanecer en la institución por cuestiones académicas y financieras y de esta manera tener un riesgo mucho más alto de desertar. Este riesgo se encuentra alimentado por el hecho de la inexistencia de apoyos metodológicos y de estrategias de permanencia en las instituciones para atender la situación de la población de alto riesgo en los primeros semestres.
Esta situación afianza la hipótesis de la necesidad de acompañar un esfuerzo en cobertura con otro simultáneo de calidad en las instituciones, aunque siga vigente el interrogante de ¿Cómo conciliar la democracia de la oferta con la democracia de la calidad?. De lo contrario, la “revolución educativa” en materia de ampliación de cobertura se vuelve contra los grupos de menores ingresos y termina alimentando la inequidad.
Otros resultados del análisis de la deserción en el sistema de educación superior en el país nos hablan de la incidencia del nivel económico de la familia en la deserción, siendo superior cuando los ingresos son menores y viceversa; de igual modo, cuando la familia posee vivienda propia o cuando la persona del estudiante dispone de algún apoyo para sufragar sus costos.
Según el Informe SPADIES, en el sector oficial, las instituciones con una menor deserción por cohorte en el país son la Universidad Nacional (30%) y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (28%). De igual modo, es evidente la alta deserción en el sexto semestre para las instituciones técnicas profesionales, toda vez que para la mejor cohorte la deserción acumulada va en 54.6% entre el 2000-1 y el 2006-1. El porcentaje más alto se encuentra en la cohorte del 2001-1 con un 87.5%.
En relación con la alta deserción existente en el país nos encontramos frente a una variable fundamental en materia de aumento de cobertura y mejoramiento de calidad. Si se lograra mantener en el sistema el porcentaje creciente de estudiantes que aprueban su examen de Estado, aumentaría de modo significativo la cobertura con calidad. De igual modo, este logro podría ser una estrategia para incidir en mejoramiento de la equidad del sistema acompañada de un esfuerzo por el mejoramiento de la calidad de la educación de los niveles previos al universitario. Otras medidas importantes a nivel del sistema en su conjunto consisten en: identificar una estrategia para mejorar igualdad de oportunidades en el acceso; comprometer las instituciones en desarrollar estrategias de retención en los primeros semestres; fortalecer la educación técnica y tecnológica y crear condiciones generales de equidad social que permitan que la educación cumpla con sus objetivos propios.
Para mas información lo invitamos a leer el siguiente artículo Una mirada a la Educación Superior 2002-2018 - De la “revolución educativa” a “Ser pilo paga”
[1] SPADIES es el nombre de la herramienta que desarrolló el Centro de Desarrollo Económico de la Facultad de Economía (CEDE) de la Universidad de los Andes, para el Ministerio de Educación Nacional. (http://spadies.uniandes.edu.co) y consiste en un Sistema de Prevención y Análisis de la Deserción en instituciones de educación superior (SPADIES).. La herramienta permite que cada IES la personalice dependiendo de las características de su institución.